Es importante la sinceridad a la hora de analizar los propios sueños. Es precisamente en este aspecto en donde surgen las dificultades. Porque todos tenemos la tendencia a echar la culpa de todo a los demás, ya que nos es difícil admitir malas disposiciones en nosotros mismos. “Eso que nos irrita en los otros, es lo que abunda en nosotros. ¿De otro modo, porque nos irrita tanto?

En psicología, el arrojar la culpa sobre los demás, se llama proyección. Un ejemplo de ello es la forma en que los papeles malvados en nuestros sueños siempre corresponden a personajes desconocidos. Nuestro subconsciente mismo no nos obliga a afrontar nuestras debilidades, a menos que estemos preparados para enfocarlas en forma constructiva y sincera. De ahí que la intuición y el sentido común siempre deban regular nuestros esfuerzos para la comprensión de los sueños que tenemos.

Recordemos que el yo superior- el hombre cósmico en nuestro interior- desea ayudar al desarrollo de los ideales que nos fijamos. A menos que esta conciencia superior venga a nuestra ayuda, vivimos en un estado de semioscuridad.

Los sueños, con sus mensajes, permiten transformar nuestra vida, echando luz a las sombras.