Los sueños de relaciones carnales son muy frecuentes y la mayoría de las veces son el reflejo de necesidades reales no suficientemente satisfechas, especialmente cuando nuestra pareja onírica es la nuestra de la vida real o se trata de alguien desconocido; cuando dicha pareja es alguien conocido pero con el cual no es fácil que el sueño se haga realidad, nos delata nuestra atracción hacia la misma.
Pero otras veces los sueños sexuales adquieren connotaciones de una sexualidad particular y morbosa que no debe tomarse al pie de la letra, pues suele indicar el cansancio por una vida sexual monótona y los deseos de innovaciones en la misma; lo que sucede es que para hacer más perceptible dicha situación, el inconsciente nos muestra situaciones extremas.
Sólo en raras ocasiones el sueño revela apetencias que conscientemente no nos atrevemos -ni desearíamos- que salgan a la luz.
En realidad, lo malo de los sueños sexuales es cuando no se tienen nunca, lo que indicaría una falta de interés por dichos temas que, de no ser compensado por otros sueños de análogo significado, aconsejarían la consulta con nuestra propia conciencia o con un psicólogo.