Soñar que tomamos un atajo suele ser una manifestación de nuestro anhelo de triunfar y de que no nos importa salirnos de los caminos trillados exponiéndonos a toda clase de peligros.
Este sueño tiene dos vertientes: a corto plazo nos anuncia la entrada en un período de inestabilidad y luchas, y a largo plazo nos asegura que en nosotros existe madera de luchador, y que seremos capaces de conseguir cuanto nos propongamos; lo único que nos falta es un poco más de experiencia y de autodominio.